El presidente Donald Trump ordenó múltiples ataques a barcos en el Caribe que, según su administración, estaban cargados con drogas con destino a Estados Unidos.
Cuerpos no identificados con quemaduras aparecieron en una playa de Trinidad después de que Estados Unidos disparara contra barcos en el Caribe mientras Trump intensifica su lucha contra los “narcoterroristas”.
Los aldeanos asustados se encontraron con el cadáver y encontraron el rostro carbonizado y las extremidades faltantes, como si hubiera sido “destrozado por una explosión”. Unos días más tarde se encontró otro cuerpo sin vida en una playa cercana, su imagen irreconocible y una de sus piernas arrancadas.
El misterio ha envuelto a la nación caribeña de Trinidad y Tobago, vecina de Venezuela, donde Estados Unidos ha atacado barcos que navegaban por la costa. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aprobó ataques contra barcos que salen de Venezuela, diciendo que quienes estaban a bordo transportaban drogas a Estados Unidos.
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Lincoln Baker, de 63 años, empleado de Trinidad Water and Sewer Company, dijo al New York Times: “No tengo ninguna duda de que estas personas son víctimas de la guerra”. Los familiares de las otras víctimas nombraron al menos a dos, Chad Johnson y Rishi Samara, antes de negar que estuvieran involucrados en el tráfico de drogas.
A pesar de la muerte de decenas de personas en embarcaciones procedentes de Colombia y Venezuela, Estados Unidos ha proporcionado pruebas convincentes de que quienes estaban a bordo de las embarcaciones eran miembros de cárteles de la droga o se dedicaban al contrabando de drogas. También han surgido dudas sobre la legalidad de los ataques, incluso dentro del Partido Republicano de Trump.
Trump ha prometido detener el libre flujo de drogas, incluido el fentanilo, hacia Estados Unidos, y muchos en su administración se han opuesto a atacar a los miembros de los cárteles. El propio presidente, que ha obtenido apoyo para su llamado a poner fin a la intervención estadounidense, ha restado importancia a una acción más directa en Venezuela en un esfuerzo por lograr sus objetivos.
Según los informes, el líder republicano ha dejado claro que quiere sacar del poder al dictador del país, Nicolás Maduro. Crecen los temores de que Estados Unidos pueda desplegar bombarderos B-1 después de que los aviones fueron desplegados en el espacio aéreo internacional cerca de Venezuela el jueves antes de un décimo ataque contra presuntos narcotraficantes.
Trump dijo que el Congreso sería informado de cualquier ataque terrestre, pero que Estados Unidos no declararía la guerra. Y añadió: “No creo que exijamos necesariamente una declaración de guerra.
“Creo que simplemente mataremos a las personas que traen drogas a nuestro país. Los mataremos. Estarán, por así decirlo, muertos”.
Un dramático video publicado en las redes sociales mostró el momento en que Trump destruyó lo que afirmó era un “SUBMARINO DROCOS muy grande que se dirigía a los Estados Unidos en una ruta de tránsito muy conocida para el tráfico de drogas”. El presidente escribió en Truth Social que la misión mató a dos “narcoterroristas”.
Y añadió: “La inteligencia estadounidense ha confirmado que este barco estaba cargado principalmente con fentanilo y otras drogas ilegales”. Se confirmó que los que sobrevivieron a la explosión fueron detenidos. El presidente colombiano, Gustavo Petro, se refirió al incidente en Twitter y dijo: “Estamos contentos de que esté vivo y será procesado conforme a la ley”.



