BELÉM, Brasil (AP) — El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, expuso el martes su visión de cómo se debe proteger la selva amazónica, un futuro que no dependa de donaciones de países ricos y grandes filántropos, sino que incluya un gran fondo que pague a los países para preservar los bosques.
“Ya no quiero pronunciar la palabra donación”, dijo Lula a los periodistas antes de la cumbre climática de las Naciones Unidas, conocida como COP30, que comienza esta semana en Belem, una ciudad brasileña en la Amazonia.
“Alguien nos da 50 millones de dólares. Es bonito, pero no es nada”, dijo. “Necesitamos miles de millones para resolver nuestros problemas, los problemas de la gente que (vive) allí”.
En Belém, se espera que Lula lance una iniciativa llamada Fondo Bosques Tropicales para Siempre, cuyo objetivo es apoyar a más de 70 países en desarrollo que se han comprometido a conservar los bosques. Hasta el momento se han sumado Colombia, Ghana, la República Democrática del Congo, Indonesia y Malasia.
Alemania, los Emiratos Árabes Unidos, Francia, Noruega y el Reino Unido están ayudando a dar forma al mecanismo y es probable que se conviertan en sus primeros inversores, lo que Lula espera que ayude a aumentar el interés del sector privado. El presidente brasileño no proporcionó más detalles sobre cómo se implementaría el plan.
El sitio web oficial de la COP30 describe la iniciativa como un “fondo fiduciario permanente” que recibiría alrededor de 4 dólares del sector privado por cada 1 dólar. No quedó claro de inmediato cómo sucedería esto. Sin embargo, los bosques pueden generar dinero de formas distintas a la extracción de recursos, como el turismo y las compensaciones de carbono, lo que puede atraer a empresas que pagan para limpiar su contaminación plantando árboles y protegiendo los bosques.
Si la iniciativa funciona, los recursos se dirigirán a países que conserven sus bosques tropicales.
“Brasil ya ha invertido 1.000 millones de dólares y esto traerá beneficios a los inversores”, añadió Lula. “Este es un fondo de beneficio mutuo. Esperamos que cuando completemos la presentación del TFFF, muchos países se unan”.
Lula también defendió la reciente decisión de su gobierno de aprobar perforaciones exploratorias por parte del gigante petrolero estatal Petrobras cerca de la desembocadura del río Amazonas.
Se cree que el campo Equatorial Margin frente a la costa de Brasil, que se extiende desde la frontera de Brasil con Surinam hasta parte de la región noreste del país, es rico en petróleo y gas.
El bloque de perforación exploratoria se ubica a 175 kilómetros (108 millas) de la costa del estado de Amapá, en el norte de Brasil, fronterizo con Surinam. El área biodiversa alberga manglares y arrecifes de coral poco estudiados. Activistas y expertos dijeron que el proyecto corre el riesgo de fugas que podrían propagarse ampliamente con las mareas altas y poner en peligro el sensible medio ambiente. Petrobras ha sostenido durante mucho tiempo que nunca ha causado un derrame de perforación.
“Si yo fuera un líder falso y mentiroso, esperaría hasta el final de la COP (para dar la aprobación)”, dijo Lula. “Pero si lo hiciera, sería un hombre pequeño ante la importancia de ello”.
Lula, que sirvió dos mandatos como presidente de Brasil a principios de la década de 2000 antes de regresar para un tercer mandato en 2023, se ha considerado durante mucho tiempo un ambientalista y pragmático. Brasil es un importante exportador de petróleo y los ingresos generados por Petrobras ayudan a financiar cualquier gobierno. Al mismo tiempo, la administración de Lula trabajó para frenar la deforestación y tomar la iniciativa en las conversaciones sobre el clima mediante la organización de la cumbre.
“No quiero ser un líder medioambiental. Nunca pretendí serlo”, añadió Lula. “Quiero hacer lo correcto que los expertos, mi administración y mi conciencia dicen que debemos hacer. Sería inconsistente, sería irresponsable de mi parte decir que no vamos a utilizar petróleo nuevamente”.
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